Fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.

31 oct 2011

Cama de papel


No habia nada planeado, y yo no veía más allá de tus pezones presionando la piel de mi cuerpo.
Teniamos que habernos centrado en buscar poesia en otros labios, y sin embargo nos pasamos horas encontrando tesoros nuevos bajo las sábanas.
Los dias volaron entre sonrisas por encima de las noches enteras dilucidando situaciones, entre bailes de salón en la cocina y otros un poco menos respetables en el dormitorio.
Pero las dudas volaban hacia el Sur, al mismo tiempo que los tirantes de tu sujetador.
Contigo ocurrió lo que nunca habia planeado, me sumergí hasta la cintura en el rio de sus caderas, que al final resultó ser de arenas movedizas, en lo que a salir se trataba.

Digamos que algún pajaro de ahí arriba se fumó el tiempo que nos quedaba, y acabé como siempre, diciendo:  ''hasta aquí hemos llegado''.




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