Estoy, estoy aquí, sigo viva.
Hay veces que se lo que quiero, y no necesito más, porque ya lo tengo.
Todo pasa, pero no todo queda. No dependo de humo ni delirios.
Aventuras momentáneas de una noche inesperada , esperada, ya pensada.
Seguimos soñando sin saber exactamente el que.
Sin importar lo demás, sigo, fluyendo, cual leche de la ubre caliente de aquellas vacas pintadas.
Miradas que se mezclan bajo luz de luna y ganas de más.
Esas miradas que no sabes que sabes.
Ni el pensamiento se lo imaginaba, tan solo el fuego de tu cuerpo manda.
El calor no como concepto, calor nombrado como contacto, siempre, con tacto.
Sin parar de sonreír, sin frío, sin hambre, sin resacas mentales.
Miradas directas a los ojos, a los labios, miradas seguras.
Hacer que te des cuenta de el fuego que nace sólo cuando tu me rozas, salpicando a las estrellas.
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